Cómplice estático
de mis pilatunas de colegiala
y al tiempo verbo
de los más descarnados secretos.
Testigo ciego de
las promesas del ayer
a las locas
salidas inesperadas del amor.
Amor, ácrata
capullo de adolescencia.
Guardián de ideas
prostitutas,
análogas a
deliciosos reflejos,
emergentes de la
imprudente necesidad de saber.
Saber qué color
tienen por ejemplo
los juicios analíticos de Kant
el alcance de las
ideas subversivas del Che.
Las ideologías de
Bolívar, Sócrates y Santander
o tal vez hasta qué punto se aceptan
las reglas de
gobierno del príncipe de Maquiavelo
Saber también
cómo responde el
pensamiento virgen
al dulzor de
fanáticas tentaciones,
a la larga, imperfecciones cotidianas de la vida.
¡Mi viejo morral!
Inveterado
compañero de fugas
hacia una
dimensión no contaminada,
donde yo era
libre,
donde dejaba de
ser yo para ser… ¿?
Tiene en sus
bolsillos y en el propio fondo
esquirlas, trocillos débiles
de ilusiones que
fueron válidas
y hoy yacen
derogadas en la fría memoria
de una mujer gris, cuya licencia para soñar
está vencida.
Autor: Irene Tapias
Libro Poemas al vacío, Editorial UPB - 2019
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